Quién diga lo contrario miente, todo proceso que conlleva una transformación mental y emocional es doloroso y si a eso le sumamos pérdidas, duelos, traumas... duele aún más.
¿Hay algo que lo haga doler menos? Sinceramente.. NO.
El nivel de dolor depende de lo jodidx que te encuentres y aún asi habrá días que duelan más que otros, habrá detonantes que te reactiven ese dolor, ese trauma, esa pérdida o ese duelo...
Pero hay algo que si podemos hacer y aunque parezca muy sencillo, no lo es... Y es permitirte sentir ese dolor. Sí, dejar que el dolor salga.
Ya ves… te avisé que no era fácil.
Entonces ¿Cómo se libera el dolor? ¿Cómo sanamos?
Sintiéndolo. Aunque duela, deja que salga lo que por dentro te consume, la tristeza, la rabia, la impotencia, la frustración... Todo eso que nos guardamos no desaparece, se queda y nos estanca.
Cada persona tiene su ritmo de sanación, yo personalmente llevo un ritmo muy lento. Lo que significa que me cuesta mucho liberar ciertas partes de mi para poder aceptar y evolucionar. Y si, estoy recibiendo ayuda psicológica porque solos no podemos superar nuestros traumas, duelos, heridas, pérdidas, etc. Es muy importante tener un apoyo externo que no te conozca para que no te sientas juzgadx y poder sentirte libre mientras intentas sanar esas partes de ti que están rotas.
También es importante intentar hacer todo aquello que te haga sentir un poquito mejor y te de esa sensación de paz aunque sea solo unos minutos. Como por ejemplo: caminar, leer, escribir, pintar, yoga, correr, sol, la playa, abrazar a tu mascota, cocinar, jugar, etc.. Toda aquella actividad que te haga sentir un poquito mejor aunque sea por unos minutos es la que te va ayudar a ir poco a poco sanando.
Y si a todo esto ya le sumas algunas terapias holísticas que te ayuden a fomentar la aceptación, el amor propio e incluso la relajación, tienes el combo perfecto.
Eso si, ten en cuenta que aunque uses el combo perfecto (terapia psicológica+ actividad gratificante + terapia holística de acompañamiento)… seguirá doliendo, pero cada mes un poco menos.
Recuerda:
Tu dolor es tuyo. Solo tú tienes la llave para atravesarlo y transformarlo.
Los tiempos son distintos para cada alma, pero poco a poco un día, sentirás que has sanado… aunque no te des cuenta de cuándo empezó.
A veces es necesario que todo se rompa, para que algo nuevo pueda nacer.
Te abrazo con luz, calidez y mucho amor.
Lunaraë
Imagen: Lummi ai
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